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CruceDeCaminos

Hora TRES, en el día tercero. Elena hace un bizcocho.

Hora TRES, en el día tercero. Elena hace un bizcocho. Elena hace un bizcocho.

Dejó caer el camisón y se puso un bikini amarillo. Por encima de este, un pantalón corto. Después de preparar el bizcocho me voy a tomar un poquito sol.

Sobre la encimera, paquetes de harina, azúcar y levadura se amontonaban ligeramente desordenados. Elena empezó afanosamente a mezclar la masa y echar los ingredientes. Un poco de uno, otro poco de otro, pero algo no funcionaba. La masa no se estaba mezclando bien y se quedaba cortada, la harina separada del agua no emulsionaba con el resto de sustancias.
Por más que removía la masa que después debería de meter al horno, no conseguía que aquello funcionara. Pensó que sería de la harina y tiro toda aquella masa a la basura para empezar de nuevo.
Buscó en un par de cajones pero no encontró más, así que se debatió entre dejar su bizcocho para otro día o pedirle a una vecina harina. Decidió lo segundo.

Cruzó a paso firme por el jardín de la piscina. Se me está haciendo tarde para tenerlo listo cuando lleguen papa y mama. Toco al timbre y al principio nadie salía a abrirla, aunque había gente dentro de la casa.

-Si, buenos días. Hola Elena, hija.

-Hola Señora María, verá estaba haciendo un bizcocho y me he quedado sin harina, me gustaría saber si me podría dar un poco.

-Claro hija, no te preocupes. Espera un momento. Te voy a dar la que me queda porque sabes, mañana nos mudados.- Dijo la madre de Alberto mientras entraba en la cocina.

-No sabía nada....

Elena escucho perfectamente desde donde estaba como la Sra. Maria le pedía a su hijo que saliera a saludarla. Hacía mucho tiempo que no hablaba con Alberto, cuando eran niños eran tan amigos y ahora sin embargo ella solo le veía a través de la ventana.
Alberto ya nunca iba a la piscina con ella ni se sentaban hablar como antes. Elena pensó que al fin y al cabo, habían estado mucho tiempo sin verse por su enfermedad y que seguramente era normal. Entre la puerta vio como el pasaba rápidamente para no verla.

-Toma hija, aquí tienes. ¿Tu madre estará esta tarde en casa? Es que quiero despedirme antes de marcharnos, ¿sabes?

-Si, a partir de las cinco o así. Muchas gracias y hasta luego.

-Hasta luego, hija.

Elena volvió a su casa y se lamentó ligeramente por el tiempo perdido, ya eran casi las tres y no tenía ni la masa horneándose. Rápidamente mezcló todos los ingredientes que le hacían falta, y esta vez no tuvo problemas. Ahora solo le faltaba esperar a que se cociera. Mientras se preparó una ensalada para comer.

Zanahoria, lechuga, tomate, un poquito de queso, manzana y aliño. Nada de pan.

A las dos y cincuenta y cuatro salió por la puerta de casa para tumbarse en una hamaca al sol.

6 comentarios

Rut -

miento, son las 10, bueno, da igual...una pierde la noción del tiempo con esto de los blogs.

Rut -

que buena pinta tiene el bizcocho de la foto no? es que son las 9 de la mañana y tú sabes...
Haz que alberto aproveche las oportunidades.
Venga anda, que pasa en el día 4?

Marta -

Pues ahora me dejas más intrigada aún... Ains, si es que esto de leer por entregas...

Besos!

Carlos -

Bueno,...

Lo de la enfermedad lo sabreís, pero tendreís que esperar un poco.

Si, es un poco tonto... pero tarde o temprano se tendrá que enfrentar a ella.

Un saludo, niñas.

Marta -

Eso iba a preguntar yo, que tipo de enfermedad tuvo la chiquilla?

Que tonto el chaval, si está deseando verla y hablar con ella, porque evitarla?

Besos!

susana -

¿Estuvo anorexica? Me parece que sí. Bueno ya estoy esperando la siguiente entrega.