22:41:30
¿Donde he dejado el dolor de sentirte?
Las luces de la noche son como velas y en un tono anaranjado plomizo, las calles se pintan de oscuridad. De vez en cuando, un neón me recuerda a ti, escondiendo tus sentimientos bajo tonos chillones que no iluminan más alla de tus contornos. Voy caminando sin rumbo, quizás buscando un bar donde encontrar una copa que me invite a algo parecido al alcohol. Aquí y allá aparecen cucharas como si pretendieran acompañarme en mi senda. Puede que pienses que no eres lo bastante buena, que nunca nadie caminará a solas en la noche por ti, que buscará desesperadamente una botella para ahogarse en ella o que incluso por un instante fugáz piense en saltar desde una cierta altura. Estas equivocada, eres eso y mucho más.
Una gota me cae sobre la cara. Debería haber rodado por ella, pero en cambio parece que dedice escapar de mi al igual que has hecho tu. Se volatiliza o simplemente se deja caer al aire de nuevo, pero subitamente, tan pronto como ha llegado, desaparece. Tu debes estar a trescientos kilometros de mi, pero a diferencia de lo que yo siento, ni siquiera paso por tu cabeza. Es probable que mantengas tu atención sobre algo que estudiar o estes cenando cualquier fragmento de comida que encuentras en la nevera.
Si pudieras oir mi voz, verías lo desesperado que me encuentro. Notarías como un ligero temblor en ella, como una y otra vez pienso en la última vez que tuve la oportunidad de retenerte y no lo hice. Cuento las horas hasta que vuelvas, debe de ser como un trillón, porque aún falta demasiado para que llegue el mes de septiembre. Y retomo la idea del suicidio de una manera casi superficial a mi piel y sin saber porque desando mis pasos. Heme aquí, escribiendo esta nota de suicidio y sin embargo, creo que tambien es una carta de amor. Espero que alguien te la haga llegar.
Te quiere,
xXx
Las luces de la noche son como velas y en un tono anaranjado plomizo, las calles se pintan de oscuridad. De vez en cuando, un neón me recuerda a ti, escondiendo tus sentimientos bajo tonos chillones que no iluminan más alla de tus contornos. Voy caminando sin rumbo, quizás buscando un bar donde encontrar una copa que me invite a algo parecido al alcohol. Aquí y allá aparecen cucharas como si pretendieran acompañarme en mi senda. Puede que pienses que no eres lo bastante buena, que nunca nadie caminará a solas en la noche por ti, que buscará desesperadamente una botella para ahogarse en ella o que incluso por un instante fugáz piense en saltar desde una cierta altura. Estas equivocada, eres eso y mucho más.
Una gota me cae sobre la cara. Debería haber rodado por ella, pero en cambio parece que dedice escapar de mi al igual que has hecho tu. Se volatiliza o simplemente se deja caer al aire de nuevo, pero subitamente, tan pronto como ha llegado, desaparece. Tu debes estar a trescientos kilometros de mi, pero a diferencia de lo que yo siento, ni siquiera paso por tu cabeza. Es probable que mantengas tu atención sobre algo que estudiar o estes cenando cualquier fragmento de comida que encuentras en la nevera.
Si pudieras oir mi voz, verías lo desesperado que me encuentro. Notarías como un ligero temblor en ella, como una y otra vez pienso en la última vez que tuve la oportunidad de retenerte y no lo hice. Cuento las horas hasta que vuelvas, debe de ser como un trillón, porque aún falta demasiado para que llegue el mes de septiembre. Y retomo la idea del suicidio de una manera casi superficial a mi piel y sin saber porque desando mis pasos. Heme aquí, escribiendo esta nota de suicidio y sin embargo, creo que tambien es una carta de amor. Espero que alguien te la haga llegar.
Te quiere,
xXx
1 comentario
Marta -
Dice un amigo, que cuando se escribe una nota de suicidio, o se llama... Es para llamar la atención, y que, -en principio- nunca se llega a realizar...
Yo... Considero que la carta demuestra el sufrimiento de esta persona al no tener al lado a la persona a la que ha amado, y sigue amando, y creo, que muchos de nosotros, hemos pasado por esa situación, una o varias veces.
Y realmente, se te cae el mundo a los pies, y piensas que no hay camino a seguir... Pero si lo hay, porque nuestra vida depende de nosotros, única y exclusivamente de nosotros, y las demás personas, son... "externas", gente que nos ayuda a madurar, a crecer, a aprender, a querer, a reír... Algunos encuentran su media naranja antes que otros, y otros, no saben cuidarla, y la pierden... Pero de cualquier manera, las cosas pasan siempre por algún motivo, y tal vez, la chica por la que suspira el protagonista de la carta, no sea la que esté destinada a él.
Besos!