Krafty
"That's the kind of world that we're living in today
Isn't where you wanna be
And isn't what you wanna do"
Krafty, New Order
¿Es esto lo que quieres hacer? ¿Es aquí donde quieres estar
Pues no siempre la verdad, esa sería mi respuesta. Uno se escapa y se evade como puede. Una manera muy típica es dejarse llevar, es hacer lo mismo de siempre para dejar atrás los pensamientos de la semana. Llega el viernes y salimos, bebemos una cañitas, fumanos (o no, esto depende de cada cual), bebemos unos cubatas, nos reímos, nos cabreamos (esto por el algún mal rollo, aunque se da poco, también depende de cada cual), bailamos, bebemos más cubatas, nos ponemos ciegos, nos vamos a casa y nos dormimos. El sabado repetimos la jugada, pero a veces desde más temprano. Y el domingo, dependiendo del animo, repetimos parcialmente o descansamos, como Dios.
Ninguno somos santos, la verdad. Ni yo pretendo serlo. Pero no viene mal cambiar.
Lo malo de esas juergas es la inercia, que todos los sabados tengan que ser de fiesta, en los mismos bares, en los mismos sitios, con las mismas maneras y la misma perdida neuronal. Y ya hay veces que no apetece, que apetece más una conversación o una mirada profunda o una risa sana viendo una película demasiado mala. Pero uno no puede cambiar esto del todo, ¿no? Al menos solo, no.
Yo al menos ahora no me pienso resignar... y supongo que algunos de vosotros tampoco.
Carlos.
P.S.: Que fin de semana tan wapo hemos pasado ¿eh niños? Y la verdad es que tampoco hemos sido santos... jajaja... pero no desfasamos, lo pasamos bien... en esa terracita con esa litroncilla viendo los tejados de Málaga. Se repetirá pronto, lo vaticino.
Isn't where you wanna be
And isn't what you wanna do"
Krafty, New Order
¿Es esto lo que quieres hacer? ¿Es aquí donde quieres estar
Pues no siempre la verdad, esa sería mi respuesta. Uno se escapa y se evade como puede. Una manera muy típica es dejarse llevar, es hacer lo mismo de siempre para dejar atrás los pensamientos de la semana. Llega el viernes y salimos, bebemos una cañitas, fumanos (o no, esto depende de cada cual), bebemos unos cubatas, nos reímos, nos cabreamos (esto por el algún mal rollo, aunque se da poco, también depende de cada cual), bailamos, bebemos más cubatas, nos ponemos ciegos, nos vamos a casa y nos dormimos. El sabado repetimos la jugada, pero a veces desde más temprano. Y el domingo, dependiendo del animo, repetimos parcialmente o descansamos, como Dios.
Ninguno somos santos, la verdad. Ni yo pretendo serlo. Pero no viene mal cambiar.
Lo malo de esas juergas es la inercia, que todos los sabados tengan que ser de fiesta, en los mismos bares, en los mismos sitios, con las mismas maneras y la misma perdida neuronal. Y ya hay veces que no apetece, que apetece más una conversación o una mirada profunda o una risa sana viendo una película demasiado mala. Pero uno no puede cambiar esto del todo, ¿no? Al menos solo, no.
Yo al menos ahora no me pienso resignar... y supongo que algunos de vosotros tampoco.
Carlos.
P.S.: Que fin de semana tan wapo hemos pasado ¿eh niños? Y la verdad es que tampoco hemos sido santos... jajaja... pero no desfasamos, lo pasamos bien... en esa terracita con esa litroncilla viendo los tejados de Málaga. Se repetirá pronto, lo vaticino.
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Marta -