Mittnacht
"Su vida estaba tan rota como una manzana atravesada por una bala, destruida a alta velocidad.
Tenía agujeros de entrada y de salida en su corazón, pero el resto permanecía intacto. Bombeando sangre al ritmo triste de un acordeón como el de Yann Tiersen, caminaba y caminaba por las calles de Berlín.
En el ambiente estallaban los cohetes y la gente corría borracha, con los abrigos salpicados de confeti y extravagantes sombreros de fiesta.
Paso a paso, del Checkpoint Charlie hasta la Postdamer Platz, ensimismada en sus pensamientos, miraba a través de las lágrimas. Nada podía consolarla, ni siquiera el deseo de volver a casa. ¿Pero donde estaba su casa?
Se repetía a si misma, lo importante no es como empiezan las cosas, sí no como acaban. Como acaban.
Pero había acabado. Por mucho que intentará cegarse a la realidad, su vida estaba acabada.
Berlín se desangraba en su interior y podía oírlo como un zumbido en sus oídos. Podía sentirlo en sus manos frías, porque se había dejado los guantes en casa esa mañana, al salir, aunque sabía que no se congelaban por el frío. Podía sentirlo en el dolor de sus rodillas, que apenas le permitían andar. Podía notarlo en su paladar, reseco, al saber que ya no habrían más besos. Podía verlo a su alrededor, donde la fiesta parecía ser una venganza.
Parecía que todo el mundo se riera de ella y no pudieran apreciar cada gota de sangre que su corazón iba dejando por las baldosas del suelo de la Leipziger Straße.
Esa ciudad se vengaba de ella, como ella antes se había vengado de esa ciudad, haciéndola suya. Sometiéndola a sus pies, obviando que por aquellas calles altivas habían perecido, mucho antes, gente mucho más poderosa que ella.
Cuando llegó a la Postdamer Platz, se dio cuenta de que era hora de volver a casa."
Esto es algo que he empezado a escribir. Quiero escribir algo aprovechando estas tardes libres, quizás por fin consiga llevar una historia a alguna parte.
Veremos.
Carlos.
1 comentario
Anónimo -
pensaba que era una novela...